martes, 28 de octubre de 2008

Levedad




Todo empezó sustrayendo el peso de mi cuerpo: volaba sin movimiento, acompasado por el aire inmaterial de los sueños. Mi espacio era agua sobre la superficie, como una lluvia de infancia que todo lo alimenta. Tenía mil ojos, un solo rostro; cientos de manos, un solo tacto. La presencia estaba bordándome las venas.

1 comentario:

LS dijo...

qué fuerte... acabo de leer el comentario que me hiciste, (el primero) en mi blog y me acabo de dar cuenta de que encaja a la perfección con algo que sucedió, cabron, ese texto que lees se lo escribí a alguien que ahora está muerto y la segunda parte que anexaste en tu comentario.. parece que ya sabia que esa persona moriría... gracias. chido!